La civilización mexicana se ha circunscrito históricamente a la consolidación de un sistema de clases que originalmente, tuvo lugar en el Valle de México dado las características geográficas de la región que hacía a la localidad de la gran Tenochtitlán, un lugar donde era posible hacer la agricultura y la explotación de distintos recursos naturales y pesca de tal forma que había posibilidad de asentar pueblos con una cultura propia que daba cabida a la existencia de un nutrido comercio en los mercados. Así fue como las comunidades crecieron a más de 100,000 habitantes dentro de un radio no mayor de 500 kilómetros cuadrados. Siendo de esa forma es cómo se puede dar cuenta de que el abastecimiento de agua, el drenaje y el transporte fue del todo factible al desarrollo de una civilización, lo mismo sucede con el caso del los materiales de construcción que son un proyecto que tuvo que ver con la disponibilidad de la roca para la mampostería así como también el mortero, la pintura y tapadores de filtraciones de agua, así como también diversas clases de enseres de trabajo para la fabricación de bienes mobiliarios y artículos decorativos. El rol de las distintas clases sociales en ese sentido, se comprometía con la división de los distintos planos urbanos y rurales dados los modelos de producción artesanos y campesinos de tiempos prehispánicos, así como también de los propios de la clases sacerdotales, militares y gobernantes. Los religiosos en dicho plano social, servían al apoyo de la valores culturales sobre las existencias espirituales y las figuras morales en coordinación para el salvaguardo de una identidad común entre pueblos diferentes y de clases sociales diferentes.
La ética laboral de una atmósfera social en particular entonces, es consecuente con la existencia de recursos materiales para ser explotados por distintas clases de trabajadores. Tal es el caso, del espíritu de la inmoralidad y libertinaje cultivado por deidades del México prehispánico, distinto al caso del contraste con los valores de la fertilidad de "Coatlicue" y la belleza de la buenaventura lunar que prometen personajes mitológicos como los de "Meztli". Siendo de ese modo, en profundidad el medio ambiente y el clima de las costas más cercanas al Imperio Azteca en un sentido espiritual y moral, dan cuenta de que el paradigma civilizador del progreso técnico doméstico de distintos pueblos bajo la égida del pueblo azteca, tienden a matizar su escena por gracia de las atmósferas fenotípicas de la identidad original de distintos grupos indígenas, misma que se supone necesariamente conveniente a su origen geográfico, donde por ejemplo, el caso de las corrientes de aire tenidas a causa divina del dios Ehécatl, afectan de forma diferente en tiempos y lugares distintos.
La herencia cultural histórica local.
La visión que se tiene de la infraestructura que soporta la realización de eventualidades de forma regular y acostumbrada en instalaciones similares entre sí y también afines por la calidad de su convocatoria, tal y como sucede de forma regular en el caso de Hermosillo, Sonora, México, con una población arriba de los 800,000 habitantes, supone que el calendario de eventos tales como por ejemplo, el de la “expo gan” en distintas ciudades de Sonora, supone que en el caso de los concursos de ganado, se da cuenta de la calidad de la calendarización de dicha clase de eventos, y de su particular clase de desarrollo social. Un "dévelopment" funcional a un "progress" industrial y comercial de la "cuisine mexique" regional atento al modelo de moda neoporfiriano, donde los temas "trender" se comprenden mejor a la sazón de los motivos de los escenarios comprometidos, tales como pueden ser los de las costas del mar o los de las escuelas de estudios superiores, o las ferias populares más neocostumbristas como la Expo Gan Sonora, etc. De ese modo la reflexión en torno a la cultura dominante en dicha clase de eventualidades, tiene que ver entonces con la calidad de la misma siendo fundamental cuál va a ser su desarrollo en los términos de la visión de su proyecto de escenarios y actores.
Las compañías de actuación que se suman a un escenario histórico cuando así tiene que coordinarse el esfuerzo común de una determinada sociedad de consumo, están formadas con motivos de la historia de tiempos de la revolución mexicana, tal y como sucede con los simpatizantes de la dictadura de Porfirio Diaz y su gente. El relato trata en parte sobre el mundo de las carretas del siglo 19 y el posterior mundo de ferrocarril. El paradigma de las "estampas nacionalistas", da cuenta en ese sentido, de la diferencia entre un trabajador regular y un actor de tendencias hecho a la figuración de un modelo de obrero mexicano corresponsable de proyectos de trabajo en equipo con antecedentes directos e indirectos en dicho periodo de la historia de México. Los modelos básicos de diseño gráfico en dicho panorama de negocios son entonces, los determinantes en tanto la existencia de un particular seminario de diseño de ingeniería de negocios. El rol que se juega dentro de dicha clase de escenarios influenciados por la historia siendo de ese modo, da por determinada cual es la composición de la imaginación amerindia, misma que puede ser reconocida por un concepto exclusivo que sirve para ejemplificar como los diseños creativos se comprometen con la cultura del sacar el mejor provecho de la actuación de distintas clases de hábitos.
La economía aprehensiva a los animales de granja por ejemplo, está comprometida con las inteligencias múltiples de los pueblos de la región de Sonora, cuestión que reconoce la capacidad que tienen para poder desarrollarse con plenitud ante las dificultades que se puedan presentar en un espacio que está dominado por la geografía característica del territorio regional. De ese modo se puede definir entonces, a la región por sus costas y sierras siendo el altiplano aquella región donde los ríos que vienen de la Sierra permiten la agricultura. La fisonomía del territorio sonorense se divide entonces, en las tres clases de regiones antes referidas, siendo la del altiplano la de mayor importancia económica desde el siglo 20. El caso de las minas que se encuentran en el norte del estado y el parte de la sierra han dado a la fisonomía de la economía local una dinámica económica modelo del progreso. A la región de la costa le ha sucedido lo mismo desde el siglo 19, con la diferencia de que no es sino hasta el siglo 20 que la modernidad se asienta del todo en dicho territorio. La frontera con Estados Unidos supone el contacto con los pueblos fronterizos, mismo que ha permitido que el comercio se logre en términos de la calidad de las relaciones de amistad y fraternidad, así como también en relación directa a los convencionalismos mercantiles de la industria manufacturera y minera que se llevan a cabo en el sur de los Estados Unidos. Tales circunstancias plantean el hecho, de que se tiene que reconocer la necesidad de hacerse a un estilo de vida propio de dicho contacto con los norteamericanos, siendo entonces un recurso necesario el comerciar con básicos e indispensables con el sur de la frontera en México, es de ese modo como se entiende que las manufacturas que en fábricas se producen en el estado de Sonora, han sido establecidas con salvaguardo del interés de los pueblos de Norteamérica, ahí donde el interés primordial es la reducción de costos y el incremento de la productividad del trabajo. Las existencias locales en ese sentido, desde el siglo 20, se han comprometido con el interés que se ha venido transformando según cada ciclo de rotación de capitales, mismo que compromete la calidad y los términos que convienen a la revolución informática, sobre el sano juicio que se asume con respecto la renovación y la depreciación del capital, contratando de ese modo la fabricación de distintas manufacturas en la región y también de ese modo, la línea de producción de automóviles que desde que se estableció en los años ochentas en la región, supuso la formación de cuadros de mano de obra calificada que décadas más tarde, también comprometió la producción de piezas de avión, misma que ha sido fundamental para poder dar cabida al desarrollo económico regional soporte necesariamente, de la magnitud de los negocios que el estado de Sonora ha logrado tener a bien a desarrollar dado la magnitud de su población y la calidad de su economía, ahí donde las unidades automotrices producidas en la localidad y distribuidas en todo el mundo, son una garantía de la calidad del trabajo de los sonorenses, caso similar es el de las muchas otras manufacturas que se producen en la región. El comercio consecuente con dicha condición económica regional necesariamente entonces, tiene que ser equiparable a la magnitud de la producción local, misma que también tendrá que satisfacer los suministros de la canasta de básicos e indispensables del total de la población del estado, demanda que puede ser cubierta tanto con producción nacional y/o internacional.
Un artista sigue la corriente de tal o cual escuela de artes con determinadas influencias y autoridades mentoras: "El imaginario cultural del “Llano en llamas” es un valor latinoamericano propio de la clase trabajadora mexicana que sirve para hacer valer a la economía del desarrollo urbano de las localidades con alto grado de composición periférica semirural porque dicha clase de valores, forman parte integral de la identidad que caracteriza a la personalidad que representa cabalmente a dicha fuerza de trabajo que forma parte de una población y economía con intereses de convergencia en juego dentro de cuadros formativos escolares en periodos de programación de la prestación de diversas clases de servicios educativos en cursos de tronco común, mismos que tienen parte por ejemplo, en la oportunidad de sintonizar la estación de radio universidad y el canal de televisión de la Universidad de Sonora".
Se dice que durante la colonia hubo la oportunidad de hacer valer a la población de las distintas localidades de México, por concepto de que la herencia prehispánica había arraigado entre dichas localidades con salvaguardo de cuáles eran sus particularidades, mismas que daban a su geografía la identidad propia de dónde se obtienen los recursos básicos para la alimentación y vivienda, propios para satisfacer la demanda de dicha población, así como también para un comercio que daba cabida a que la población siguiera creciendo hasta donde fuera posible, dado la disponibilidad de los recursos naturales y las tecnologías en desarrollo y progreso durante los siglos que pasaron entre el 1500 y 1900. Es de ese modo como se entiende que en el norte de México, hubo la capacidad para hacer frente a las inquietudes de la población por seguir estableciéndose en la misma región, dando lugar a la existencia de la explotación regular de los recursos hidráulicos, mismos que podían garantizar que la agricultura se realizará durante cada ciclo agrícola tal y como se pudo continuar haciendo, adaptando la civilización europea a las explotaciones agrícolas hasta entonces milenarias en el país. Así es como también, se puede dar por sentado que la magnitud de la producción debió responder necesariamente, a la calidad de los desarrollos tecnológicos en materia agropecuaria que daban cabida a que estos hechos tuvieron lugar, tales como lo son la pesca, la agricultura y la crianza de algunas aves de corral. La población en ese sentido, se contrajo en una primera era entre los siglos XVII y XlX, para dar cabida al siglo XX a la franca recuperación de su población después del establecimiento de ferrocarril en la región. Con todo durante todo eso siglos hubo cabida a que los pueblos existieran, dando por sentado la distribución de las labores necesarias para que un pueblo esté cabalmente constituido desde tiempos históricos precoloniales hasta la fecha, dando lugar de paso, a que los distintos procesos tecnológicos que revolucionaron el fenómeno de la reproducción de bienes, se consolide dentro de la geografía humana de las regiones del país.
El dominio histórico de modelos de desarrollo social en México reconocible desde aquellos intereses en dicha clase de materia que se generaban en la capital del país para alcanzar a coordinar los esfuerzos comunes del gobierno federal en los territorios más apartados de sus provincias del noroeste del país, supone que el caso ejemplar de la historia del transportismo local, sirve para ilustrar cómo es que se incluye a distintos segmentos de la población más instruida en dicha clase de actividades económicas desde la década de los años cuarentas, diferenciándose de aquella otra población que era afín tan sólo al trabajo con el ferrocarril hasta décadas pasadas. El tamaño de las poblaciones que afectaba dicha clase de actividad económica e industrial entonces, supone el desarrollo de la cultura comercial local a la par que la integración de las diversas clases sociales en convergencia en un modelo de desarrollo económico conveniente a la calidad de la infraestructura y los servicios propios de las localidades que habitaban.
La identidad histórica de los pueblos de indios (fundados por la naturaleza del poblamiento humano original), las misiones (fundados por el interés fraternal de la conquista espiritual de los pueblos europeos) sonorenses, los pueblos de colonia (fundados por el interés en la reproducción de la institución familiar colonial), los pueblos de presidio (fundados por el interés de hacer valer la ley colonial en sus territorios amerindios) y los pueblos de reales de minas (fundados por el interés de jugar la fortuna productiva de diversos metales en las colonias). El caso aplica a las presentaciones de diagramas, viñetas, fotografías, imágenes y vídeos de las civilizaciones precolombinas.
Historia Regional.
Eric Van Young.
“Haciendo historia regional: consideraciones metodológicas y teóricas”.
Van Young dice que son las regiones como el amor, porque son difíciles de describir, y sólo se conocen cuando se ven.
La región es más distinguida o mejor conocida cuando la ponemos en función de las actividades más relevantes, como por ejemplo la región minera, petrolera, agrícola, ganadera…etc.
Será difícil usar el concepto “región” como un factor explicativo, si no se da una definición precisa del término. La falta de una definición rigurosa, puede llegar a la confusión entre los conceptos de regionalidad y regionalismo. Porque las comparaciones construidas en base a regionalidad, se pueden volver problemáticas si no se sabe con claridad las variables que se están comparando, o si realmente esas variables se pueden comparar. Las regiones son buenas para pensar, en el caso particular mexicano en un sentido empírico histórico y en otro teórico. Porque parece que las regiones en cierta forma corresponden a horizontes naturales, a categorías naturales empíricas, para ubicarnos en un espacio que probablemente no ha cambiado mucho. El análisis regional ayuda a resolver la tensión entre la generalización y particularización.
Van Young, encuentra que los sistemas regionales y sociales comparten a lo menos otras tres características, a saber: diferenciación, jerarquía y articulación. La diferenciación corresponde a las diversas funciones que pueda desarrollar una región, comandadas por una jerarquía que se relacionan por su articulación. Los componentes o características de lo que el autor, llama: “tipología dual de las regiones históricas mexicanas”.
El modelo “olla de presión” tiene formas de relaciones sociales muy tradicionales y/o modernas, no es un sistema cerrado, se da más al mercado interno. De lo que puedo deducir de este modelo, es que ninguna actividad tiene un predominio sobre otras o si lo hay es muy difícil saberlo, no se nota a simple vista.
El modelo de embudo se presta más al comercio externo, las relaciones internas son más homogéneas, se sabe con mayor precisión la jerarquía, pues hay una diferenciación más notoria en las clases sociales. En este modelo, creo que una actividad es más sobresaliente o predomina más que otra actividad. Según el autor, el sistema que permanece en el corazón de la teoría del emplazamiento central es el económico, pero tampoco esta cerrado a otros aspectos como el social, pero sí el económico es el más fuerte.
El ejemplo más claro para explicar este modelo en Guadalajara es, que de los pueblos abarcados en el estudio; en la actividad minorista clasificada en tres partes, 2/3 tenía establecimientos minoristas, mientras que el resto poseía los de servicios y artesanales.
Una de las características de este sistema es que tiene un mercado geográficamente muy limitado, bajos niveles de exportación regional y un generalizado bajo nivel de intercambio entre las regiones del mismo tipo.
“Vamos a hacer una historia juntos”.
La superación de las dificultades que representa el registro de una serie del historial de consumo de un particular, hace permisible que su existencia sirva al encuentro de facilidades al contacto con un desarrollo familiar exitoso por medio de la determinación de una línea de trabajo responsable del gasto y la inversión privada por ejemplo, en las industrias de servicios inmobiliarios, de alquiler y comercio al menudeo, donde se es consecuente con los objetivos concretos de las empresas socialmente responsables pese que la calidad metódica de su estampa hecha una figuración comercial publicitaria, que es determinante en tanto a la formulación idealizada de la propiedad privada con garantías sobre la inversión exitosa en bienes de capital. Un carácter metódico y calculado entonces, tiene que ser consecuente en el sentido de su capitalización efectiva, con el dominio de un equipo de trabajo articulado en un momento dado, con la realidad capitalizable de la infraestructura interbarrial local, que es aquella que está comprometida con la fortuna generacional de los distintos estratos de la población hecha a diversos cuadros obreros institucionales e industriales en juego dentro de dicho tipo de circunstancias. Además dicho tipo de realidad tiene que ser capaz de servir al reconocimiento, de la particular dimensión espacial del plano urbano donde se le ubica, siendo ésta misma constitutiva necesariamente, de la exclusividad de su escena social y familiar hecha al cambio de distintas y diversas temporadas comerciales, es decir, siendo consecuente con las especificidades de su particular posición con respecto el tiempo, la hora y el espacio. Proyectos dependientes de financiamiento con portafolios de inversión especializados en riesgo comercial por concepto de publicidad. Un negocio contabilizado por administraciones que regulan las participaciones de los oferentes en los mercados.
Del Río, Ignacio
1995 La aplicación regional de las reformas borbónicas en la Nueva España. Sonora y Sinaloa, 1768-1787. UNAM, México.
Las reformas borbónicas consistió básicamente en la aplicación de una política de férreo control hacendario que devolviera al gobierno de la corona española, los pingues beneficios de la explotación de las colonias, mismos que había perdido paulatinamente desde los tiempos en que se había concretado la conquista. Los motivos de esta perdida del control se debieron a diversos factores tanto internos como externos, que van desde la corrupción del sistema administrativo colonial, hasta el cuantioso gasto de las guerras libradas con naciones extranjeras. La corona pretendía recuperar el status internacional que tenía los siglos pasados, y ello solo podía lograrse eficientando la explotación de sus colonias en beneficio de la real hacienda.
El periodo de estudio que Del Río delimita, comprende desde la llegada del visitador general de las Indias José de Gálvez a la provincia de Sonora y Sinaloa, hasta el momento en que la mayor parte de las intenciones de reforma del visitador llegaron a concretarse. Si bien, los efectos de su acciones no fueron necesariamente los por el proyectados, en términos generales, el principal cometido de su empresa que era una mayor recaudación fiscal, fue una realidad. Se establecieron cajas reales en Álamos y Rosario y una pagaduría en Arizpe, hecho que reafirmó la presencia de la administración colonial y que además, se tradujo en el beneficio general de la provincia.
La obra esta dividida en cuatro capítulos:
I. Una nueva entidad político- administrativa. Aquí se define la situación en que se encontraba la provincia antes de la llegada de Gálvez, describiendo los motivos que impulsaron la fundación de la gobernación de la provincia y su problemática interna con motivo de las diferencias entre los grupos de poder locales. Trata las contradicciones del sistema del misiones que ya para entonces se encontraba en franca decadencia, y las iniciativas de reforma que desde entonces se pretendían aplicar para beneficio de la actividades productivas de la provincia.
II. El reformismo de José de Gálvez y la intendencia de Real Hacienda de Sonora y Sinaloa. Capítulo medular de la obra que trata someramente el tema de la expulsión de los jesuitas de la provincia, medida que ya se venía proyectando con anterioridad, debido al constante conflicto entre colonos y misioneros por la negativa de los religiosos a permitir la plena integración de los indígenas a la sociedad colonial. Se presentan diversos informes que hablan de la gran riqueza mineral de la provincia, que despierta la atención de los administradores coloniales que ven en ellas una rica fuente de recursos par la real hacienda que necesitan ser explotados con inmediatez. Para ello, es necesario facilitar lo necesario para el beneficio de este recurso natural. Se fundan almacenes de azogue, tabaco, naipes y sal en la provincia propiedad del monopolio de estado con el objeto de reducir los costos de producción. Además, se proyecta monetarizar la economía regional, que hasta entonces dependía mayoritariamente del trueque, para darle un mayor dinamismo a la circulación de mercancías y frenar el excesivo abuso de los comerciantes que vendían sus productos a precios desorbitantes y mantenían oprimida la economía local.
La administración colonial apoyo con celeridad las medidas aplicadas por el visitador general, sin embargo sus efectos no pudieron ser inmediatos puesto que intereses creados por los círculos de poder de la sede del virreynato, detenían la aplicación de las reformas, a lo que se sumaba los problemas de la población indígena, que si bien, habían sido liberados de la segregación a que los condenaba el sistema misional, la secularización de muchos de los pueblos de misión tuvo consecuencias muchas veces en perjuicio de los indios.
III. Proceso y sentido de las reformas sociales y económicas. Para efecto de hacer posible una mayor recaudación, el reactivar la economía regional era una prioridad, liberar la fuerza de trabajo indígena implicaba transformaciones sociales que permitieran su integración. La integración de pueblos con población mixta si bien posibilito este proceso, también perjudico a los indígenas. Las tierras de cultivo tuvieron que ser fraccionadas para su distribución entre los habitantes de los pueblos, hecho que trastocaba el tradicional sistema de tenencia comunal de la tierra que había sostenido a la población. Entre las medidas de las reformas, estaba la colonización de la región con “gente de razón” la cual se estimaba conveniente para la explotación de la zona. Los colonos finalmente, lograron sus pretensiones de antaño al ocupar espacios que antes eran exclusivos de los indios. La introducción del ganado de los colonos que vagaba libremente por las siembras de los indios, termino por desmantelar a muchas de las comunidades indígenas que fueron productivas y autosuficientes y terminaron pauperizadas, plagadas de vicios y dependientes de “la gente de razón”.
Entre las pretensiones reformistas también estaba el gravar el ingreso de la población local, medida que fue rechazada enérgicamente por los distintos sectores de la sociedad que ya tenían una carga considerable al tener que lidiar con los ataques de las tribus enemigas y los altos costos de las mercancías. La situación de frontera hacia de la provincia un lugar difícil de habitar, sin embargo, su colonización era una necesidad apremiante por el empuje de potencias europeas como Rusia y Francia, que desde el norte amenazaban con invadir las posesiones españolas. En este periodo se reforzó la presencia militar en la zona, desde la visita de José de Gálvez, partió una expedición militar desde el centro del virreynato para pacificar a la tribu seri. Al norte de la provincia en territorio pima y la frontera apache, se fundaron nuevos presidios con este mismo cometido.
IV. La función hacendaria y los beneficios fiscales del estado reformador. El principal objetivo de la reformas era una mayor recaudación fiscal. Para ello se fundaron las cajas reales de Álamos y Rosario y la pagaduría de Arizpe. Hubo un intento de establecer también una casa de moneda, sin embargo este proyecto no llego a concretarse por ir en contra de los intereses de los grandes comerciantes de la ciudad de México. Pese a todas las dificultades que implico su establecimiento, el balance general de las reformas fue positivo a los intereses de la corona, se logró una mayor recaudación fiscal y se consolidó un aparato burocrático que creo nuevas instancias de poder, donde sus titulares también fueron beneficiados con el resultado de las reformas.
Otro de los temas tratados por el autor, es la creación de la intendencia de Sonora y Sinaloa a la llegada de José de Gálvez, del cual se mencionan sus titulares y las dificultades que estos tuvieron con la definición de sus funciones dentro de la administración colonial. Se sabe que este fue un proyecto piloto que se aplicó inicialmente en la provincia de Sonora-Sinaloa por ser esta rica en recursos y minerales y propicia por sus características propias para ensayar ésta nuevo sistema de gobierno, que posteriormente sería aplicado al resto de las provincias del virreynato. Sin embargo, no es aclarado cuales son las características generales de este modelo de gobierno, hecho que limita la interpretación de las consecuencias que pudo ver tenido este modelo en la provincia. La consulta de obras que traten dicho tema se antoja obligada para la mejor comprensión de la naturaleza de esta entidad administrativa y lo que la diferencia del antiguo modelo de gobierno.
El sistema de misiones y presidios del noroeste novohispano del siglo XVII
La entrada al noroeste de la Nueva España se diferenció del resto de la conquista y colonización del virreynato, pues los españoles no lograron establecerse con la rapidez y relativa facilidad que lo habían hecho durante los primeros años de la ocupación. Después de la expedición de Nuño de Guzmán y fundada la villa de San Miguel del Río en el valle de Culiacán hacia finales de 1531, la expansión más al norte se dificultó, un terreno cálido y húmedo propicio para la incubación de enfermedades y los belicosos indígenas locales que constantemente se rebelaron a los españoles, impidieron la continuidad del proceso.
En 1536 Alvar Núñez Cabeza de Vaca junto con Andrés Dorantes de Carranza, Alonso del Castillo Maldonado y el esclavo Esteban, arribaron a Culiacán después de cruzar el continente de costa a costa tras el naufragio de la expedición de Pánfilo de Narváez en la Florida. De este viaje existe una crónica que narra la aventura de estos individuos por inhóspitas tierras, de donde recogen la leyenda de las siete ciudades de Oro. El mito impulsa a Fray Marcos de Niza en 1539 acompañado del esclavo africano Esteban como guía a la búsqueda de las maravillosas ciudades. En el relato, el fraile asegura la existencia de la ciudad de Cíbola, que dice ser mayor que la ciudad de México. Un año después, Francisco Vázquez Coronado incursiona en el norte en búsqueda de las riquezas que guardan las siete ciudades. Resultado de esta expedición, se funda la Villa de San Jerónimo de los Corazones, primer asentamiento europeo en Sonora que rápidamente sucumbe ante los indígenas.
En 1564 Francisco de Ibarra funda la villa de San Juan Bautista de Carapoa tras regresar de su expedición al norte en búsqueda de minerales y sitios donde formar pueblos españoles. Poco después, el sitio es abandonado a causa de los indígenas, lo que contrajo la frontera a la Villa de San Sebastián, hoy Concordia, en la entonces provincia de Chametla. Desde entonces, todos los territorios al norte del río Sebastián de Evora (Mocorito) hasta tierras ignotas estarían bajo la jurisdicción del gobernador de Nueva Vizcaya con cede en Durango.
Tiempo después, se suceden expediciones para la fundación de poblados entre los ríos Sinaloa y Yaqui. En 1586 aproximadamente se funda a orillas del río Sinaloa la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa (hoy Sinaloa de Leyva) donde en 1591, llegan los primeros padres jesuitas a la región: Gonzalo de Tapia y Martín Pérez.
Con la llegada de la Compañía de Jesús a la región, comienza una nueva etapa en el proceso de expansión colonial. Las incursiones militares financiadas con los recursos de acaudalados conquistadores dejaron de ser viables y dieron paso al sistema de presidio-misión.
En 1594 llega a la Villa de San Felipe y Santiago el capitán Diego Martínez de Hurdaide, quien funda de inmediato el presidio militar. El trabajo en conjunto de misioneros y militares tendría por resultado la evangelización de miles de indígenas que adquirían la categoría de vasallos del rey. Por tanto, la tierra que ocupaban también pasaba a ser propiedad del monarca. El capitán del citado presidio, logró mantener la paz en la región sofocando las rebeliones indígenas que amenazaron con postergar el proceso de ocupación española. Fue su presión militar la que logró que en 1610 se pactara la paz con la tribu Yaqui que permitió la entrada de los europeos a la provincia de Sonora que tiene su límite sur en el río Yaqui. La dominación de las tribus del tronco lingüístico cahita, aseguró la estabilidad de la evangelización que ganó miles de adeptos en la región que ocupaban. Al momento del contacto, la tribu Yaqui contaba con aproximadamente treinta mil habitantes. La fortaleza numérica y militar de la tribu era la más grande que habían tenido hasta entonces; ocupaban un territorio rico en recursos naturales que les permitió frenar por algún tiempo la expansión española. Sin embargo, el miedo a enfrentar calamidades mayores terminó por doblegarlos.
En 1617 el padre Méndez productivo evangelizador del norte de Sinaloa y la provincia de Ostimuri, despide a Andrés Pérez de Ribas y Tomás Basilio que convertirían en vasallos del rey a los Yaquis. Pérez de Ribas escribe una obra fundamental en la historiografía del Noroeste Novohispano, “Los triunfos de Nuestra Santa Fe”. Trabajo de carácter anecdótico y etnográfico, que recoge la impresión de un europeo que se vale de los recursos estilísticos y metodológicos propios de su tiempo, de luces renacentistas que tienen como tema central la proeza evangelizadora entre los individuos más aguerridos hasta entonces encontrados, en tanto no se sometieron fácilmente a los europeos por la fuerza. La propia estructura social de los pueblos norteños explica el porque su celo por conservar su libertad. Los Yaquis que al momento del contacto era la tribu más próspera de la provincia, no alcanzaron a desarrollar una clase gobernante suficientemente fuerte, que dominara el trabajo y la voluntad de los individuos. Los pueblos indígenas de esta región manejaron la propiedad comunal, producían maíz, frijol y calabazas entre otras plantas para la comunidad, recolectaban frutos y obtenían diversos alimentos que les proporcionaba los montes semidesérticos y desérticos donde habitaban. La cacería era practicada con regularidad, las presas mayores tenían un carácter sagrado, obtener recursos de ésta fuente, implicaba invertir gran cantidad de energía. En un balance, la cantidad de nutrientes obtenidos y los invertidos para atrapar a la presa hacían poco productiva su práctica como fuente de alimento. Las comunidades se distribuían en pueblos y rancherías, en casas con estructura de ramas, ocotillos y revestimiento de adobe. Los logros arquitectónicos más significativos de éstas culturas son la construcción de canales a las márgenes de los ríos para la irrigación de tierras de cultivo; la cimentación con piedra en algunas viviendas y el aterrazamiento de cerros en sitios del territorio que conocido como Pimería Alta.
La organización social del trabajo no llego a ser muy especializada, además de la agricultura, la caza, la pesca y la recolección, fueron artesanos que manufacturaron bienes de prestigio y artículos de uso cotidiano como vasijas decoradas e instrumentos de molienda hechos en piedra. El liderazgo del gobierno de la tribu se ejercía siguiendo la tradición chamán, el poseedor del conocimiento sagrado que conocía la naturaleza de las fuerzas mágicas que explicaban la realidad, era quien tenía la última palabra en la toma de decisiones del destino de la comunidad. En caso de guerra, aquel individuo que se distinguiera por su iniciativa en el liderazgo de la defensa o ataque de su posición, era quien tomaba las decisiones para salvaguardar a la tribu. Los ancianos del grupo también ejercían su influencia sobre la vida comunitaria. Su conocimientos del pasado, y de los sitios en los cuales habían logrado sobrevivir una larga vida, le valían el respeto de la comunidad.
No existe una figura principal dominante para el gobierno de los pueblos indígenas de ésta región. La llegada de los padres misioneros significó una transformación total de los tradicionales usos y costumbres de los pueblos indígenas, pues el padre misionero decidía unilateralmente la administración de la misión. Las misiones se fundaron en pueblos y rancherías ya establecidas. Aceptado el liderazgo del padre misionero por la comunidad, éste se convertía en el regulador de la vida social de la misma. Enseñaba los principios de la fe cristiana y organizaba las actividades productivas para el sostenimiento de la economía de la misión.
La escasez de padres misioneros siempre fue una constante limitante a la expansión, además de salvar almas de las garras del averno, su función era pacificar la zona para permitir la entrada de las empresas españolas donde laborarían una vez evangelizados y educados en los usos y costumbres de los colonizadores, los indios de misión. Éste propósito, despertó intereses encontrados entre las dos empresas “civilizadoras” de la conquista en el Noroeste Novohispano: La Compañía de Jesús y las empresas colonizadoras españolas, que consistieron principalmente en la explotación de minerales de plata y la necesaria introducción de la ganadería y la agricultura para el sostenimiento de la población. La fuerza de trabajo indígena era requerida por ambas empresas, además existía el reclamo de los mejores sitios donde se ubicaban las misiones para el establecimiento de los colonizadores.
Entre 1617 y 1711 los jesuitas lograron establecerse entre Yaquis, Pimas bajos, ópatas, eudeves, seris y Pimas altos. Por la ruta de los ríos Yaqui, Sonora y San Miguel se establecieron pueblos y visitas de misión, algunos de los cuales siguen siendo ocupados hasta la actualidad.
En 1636 Pedro de Perea, alcalde mayor y capitán de Sinaloa recibe la autorización del virrey Marqués de Cadereyta, para colonizar las tierras al norte del río Yaqui, como provincia independiente de Sinaloa con el nombre de Nueva Andalucía o Sonora, ocupando el puesto de alcalde mayor de ella. En su aventura colonizadora se establece alrededor de Tuape con colonos traídos de Nuevo México y Parral. Además, Lleva consigo frailes franciscanos, lo que causó fricciones con los jesuitas ya establecidos en la misión. Finalmente, después de un tiempo le es retirado el cargo de alcalde al no consolidar la colonización en ocho años, muere antes de que llegue su relevo.
Dependiente de la gobernación de Nueva Vizcaya, la alcaldía de la provincia de Sonora llega a tener su cede en el mineral de San Juan Bautista fundado en 1657, una de las primeras minas que se establecieron en la región. Para este periodo, la minería será la principal actividad que desempeñaran los colonos en la provincia. Las vetas de plata fueron un imán atrayente que atrajo a la que sería la población no indígena de la región. Tal empresa, requirió de la participación de la fuerza de trabajo indígena que tenía que abandonar temporal y en ocasiones definitivamente los pueblos donde estaban concentrados para laborar en los minerales. Las diferencias entre religiosos y mineros comenzó a ser un problema que crecía con la fundación de nuevas minas, además, el rigor de la vida misional empujaba a muchos de sus habitantes a buscar fortuna entre patrones menos restrictivos en lo que se refiere a sus usos y costumbres, hecho que desestabilizaba los proyectos misionales.
La mayor parte de los pueblos fundados fueron de misión, su gobierno era regulado por la legislación de las Indias que previa el mantenimiento del orden con la participación de representantes indígenas en la administración de justicia. La autoridad mayor en este ramo era el capitán del presidio más cercano. La presencia del ejército respaldaba y brindaba seguridad tanto a colonos como a misioneros. Las revueltas indígenas fueron un peligro latente que no podía subestimarse, además de las correrías de las tribus enemigas de apaches, hojomes, sumas y janos que destruían, robaban y saqueaban las poblaciones cristianas menos resguardadas.
Para la primera década del siglo XVIII la expansión del sistema misional jesuita había alcanzado su mayor extensión al lograr establecerse en la Pimería Alta, también fue entonces cuando alcanzó su mayor auge. Se producían ganado y productos agrícolas suficientes para el sostenimiento de las misiones, además de excedentes que permitieron el comercio con los colonos de la región.
En conclusión, el siglo XVII fue el periodo durante el cuál se fundaron la mayor parte de los poblados sonorenses. Fue cuando los europeos lograron establecerse en la provincia y consolidar una dominación tambaleante a causa de la constante amenaza de revueltas y rebeliones indígenas que ponían en peligro la conquista. Pese al notorio avance hacia el Noroeste de los europeos, la pobreza de estos territorios no permitía el establecimiento de poblaciones importantes con inversión en bienes inmuebles considerables. Las explotaciones mineras, no fueron suficientemente considerables como para sostener un crecimiento urbano que diera vida a una población con el desarrollo de las del centro del país.
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Si la historia local se compromete con un giro económico en particular, se supone que la dimensión de dicha responsabilidad corresponde a las competencias laborales necesarias para ser consecuente con dicha clase de trabajo, es decir, que si en un momento dado es necesario reconocer cuales son las funciones específicas del recurso humano contratado para cumplir con los objetivos y metas planteados por dicha clase de competencias, el capital humano a evaluar entonces, será determinado por la realidad a la que se circunscribe su particular empresa y sociedad laboral a la que se adscribe. En ese sentido, en el caso de las personas físicas, se da por hecho, cual es el horizonte de su carrera laboral, en relación directa a la calidad de su trabajo, mismo que tiene como regla general, la mesura de su potencial productivo dentro de su particular mercado laboral, cuestión que se hará especificando las tareas a realizar, mismas que tienen que estar coordinadas con el posicionamiento que dicha clase trabajadora tiene en relación a la competencia del libre mercado, donde la cabal identificación de los distintos roles que juegan tanto los administradores contables del trabajo en equipo, así como también las diferentes clases de empleados de producción y de piso, se soportan sobre la integridad que supone, la cabal consecución del trabajo en conjunto, mismo que da una razón social a su particular clase de empresa y asociados. De ese modo es como dentro de un estado nación, dicha clase de sociedad laboral dentro de una determinada dimensión concreta del libre mercado, al tener fines de lucro, es capaz de soportar a la gestión pública compuesta por un gobierno republicano que diferencia entre los distintos gobiernos integrales de una división política territorial de un determinado estado nacional, cumpliendo de ese modo, su función meramente pública ante la dirección ejecutiva de diversos gobiernos corporativos. En ese sentido, los distintos niveles de gobiernos democráticos y autónomos que coexisten dentro de una nación, están integrados por la diversidad de intereses que suman esfuerzos en relación a una causa política común. La clase de sociedad antes descrita, supone dar por conocida, que la misma está dividida en distintas clases sociales originarias del siglo XIX, a la par que otro tipo de división de clases sociales paralelamente, se compromete también con la sociedad originaria del siglo XX.
Historia de la agricultura en Sonora de 1920-1940.
Durante dicho periodo el Estado de Sonora formaba parte de la República Mexicana como miembro integrante de la república nacional. Habiendo concluido la revolución mexicana con la firma del acta constitución el 5 de febrero de 1917, ese mismo año el congreso del estado de Sonora, aprobó su acta constitutiva. En ese entonces, el clarificar cuales eran las demandas ciudadanas contenidas en la recién elaborada ley nacional de 1917, fue la premisa que llevo a los necesitados de certificar la posesión de sus terrenos continuar gestionando su regularidad y la constante demanda de bienes y servicios que sin interrupción debía continuarse despachando por la administración local y federal. Esta ley obligaba a la posesión de tierras a perpetuo que garantizara la administración de provisiones a los habitantes de los valles de Sonora y con quienes podían tener comercio. La producción se centraba en los antiguos productores que venían haciéndolo desde antes de la conquista española en las mismas regiones del país y de Sonora. En este caso en Sonora se produce granos básicos en las regiones norte (En el Valle de Santa Cruz), en el centro (En el Valle Centro y costa de Hermosillo, Vado del Río Sonora), en el sur de los Valles de Rio Mayo y Yaqui. Y en las sierras por las vados de los ríos Yaqui, Mayo, Sonora y San Miguel. Desde aquel entonces se han continuado cultivando las regiones antes mencionadas, por ser tierras regadas con aguas de los ríos.En realidad, su existencia es consecuencia de la ocupación de los territorios, la producción se comercializa y siempre ha sido regulada por la demanda de los habitantes del Estado de Sonora y de sus vecinos importadores y exportadores de mercancías.La disponibilidad de recursos vía el comercio siempre estará garantizado a los lugartenientes por la buena disposición de los trabajadores de regularmente hacer la labor que corresponde al mantenimiento de la hacienda. La capacidad de importar mercancías estará mediada por el límite de almacenaje que tiene nuestro tránsito mercantil y la capacidad de los compradores de satisfacer la demanda del mercado de ventas de granos.Después de experimentados los distintos procesos de reforma que desde aquel entonces a sufrido el estado: la conquista espiritual del noroeste de México; la expulsión de los jesuitas; la independencia de México; la guerra de Reforma; y la revolución Mexicana. Los acuerdos sobre quien administra la producción y distribución de la riqueza social, han sido impugnados y litigados cada momento que se puede cuestionar la certidumbre sobre los centros de producción por no satisfacer del todo a quienes ponen ese capital en funcionamiento.La producción de esos terrenos esta garantizada por quienes demandan esos bienes y servicios.Mismos que comercian con implementes de desarrollo tecnológico especializado,,,del paso de la era prehispánica a la de la conquista espiritual, los fierros de labranza y el molino movido por mula y por agua, redimencionaron la producción agrícola y los espacios de trabajo y vivienda, así como las necesidades de quienes se dedican a esta actividad de desarrollo social. Después con la implementación de la máquina de vapor, se posibilito la movilización inmediata de fuerza de trabajo y mercancías. Con la tercera revolución industrial que corresponde a la electrificación de los estados aliados al capital internacional, la mayor parte de los puestos de producción se tecnifican en la medida de lo posible logrando desarrollar la agricultura de riego moderna.Para inicios del siglo XX satisfacer la demanda regional de productos agrícolas era lo suficientemente grande como para sostener su progreso siguiendo la función de desarrollo permanente de los nuevos centros urbanos en crecimiento.Identificando la fuente de esos nuevos centros urbanos de desarrollo, identificamos los orígenes del capital y sus necesidades, se copian y se reproducen en las localidades exportadoras.
La historia de la costa de Sonora.
Almacenes muebleros, hostelería pueblerina, caminos vecinales, pequeños productores agropecuarios, terratenientes y lugartenientes cercanos a los centros industriales y urbanos, son instalaciones y personalidades morales que sirven al entendimiento que se tiene del contrato social que se pacta entre particulares con responsabilidad sobre los negocios de los distintos sectores productivos que integran dicho espacio geoeconómico, y también sobre las diversas clases de actividades exclusivas de distintas razones sociales de empresas públicas y privadas de transporte, comercio, infraestructura y educación. Otro es el caso de los valores comerciales de la enajenación de bienes muebles e inmuebles autóctonos para el hogar, por ser una costumbre tradicional de la provincia, valer con propiedad a los convencionalismos del almacenamiento de diversas clases de valores patrimoniales, tal y como puede hacerse con el almacén en unidades habitacionales de interés social de diversas clases de bienes. En ese sentido, a criterio de la historia del poblamiento de distintas localidades de la provincia en diferentes regiones de México, se distingue por ejemplo, entre las costumbres propias de las barracas de madera y las propias de las casas de adobe.
Un caso ejemplar para definir cual es la justa caracterización de la provincia nacional, es la de la analogía que se puede hacer con los países nórdicos con respecto la identidad de las costas mexicanas, por ser dichos territorios europeos aquellos que tienen condiciones similares a las que se imponen a las negociaciones comerciales que tienen que entablarse en algunas partes de las costas nacionales. En el caso de dichos países nórdicos, los rancheros propietarios por fuerza natural de su localización geográfica, de la competencia en los mercados internacionales que se localizan en las costas de Europa central en el mar del norte, tienen que valer a su condición social y económica, por medio de un modelo de progreso convergente con los intereses favorables al desarrollo económico de su región compuesto con elementos capitales suficientes para que ello sea posible. En el caso de México, una idealización de las condiciones de su desarrollo económico y social comprometido con el progreso en las costas mexicanas es posible, al contar con modelos de reproducción de economías a escala que cultivan las industrias agropecuarias y acuícolas con la atención que merece también, los temas de apoyo y promoción de la propiedad y manufactura de diversas clases de embarcaciones marítimas en dichas costas.
Otro caso, es el de la iniciativa privada provincial trata el tema de la personalidad ejecutiva especializada en finanzas que reconoce que los compromisos obreros y laborales suponen a la particular clase de negocios que pueda tener un trabajador comprometido con la dinámica de los mercados cautivos y objetivos marginales de la línea de bienestar económico de una población en particular, que los mismos deben de corresponderse con el ser consecuente con el paradigma del estructuralismo vs publicismo, rector de la calidad de vida de sus respectivos mercados cautivo y objetivo en cuestión. Siendo así, el mercado específico en juego tiende a ser resultado de la integridad de las negociones circunscritas a dichos tipos de mercados.
Formación con historicidad ranchera.
Una formación con historicidad ranchera puede tener mucha noción estética, en el sentido de que el juego de colores, coordinados y arquitectura completan su ideal de lo que es su escena. Si bien dicha clase de escena es influyente de las decisiones de compra de una familia hecha al estilo nativo, no significa que dicha influencia rija la tendencia que define completamente la esencia de dicho estilo.
Estado del arte clásico de un modelo de reproducción de capitales con motivos campestres.
Las coincidencias entre la coordinación de los procesos de trabajo del estado del arte con motivos campestres clásicos, acostumbrados, y tradicionales hechos a la coordinación de los procesos de trabajo propios de un modelo urbano moderno y dinámico empresarial coordinado por la dirección de una política económica de una determinada sociedad anónima donde predomina la observancia de sus respectivos escenarios de desarrollo contable, suponen al cuadro de su particular mercado de competencia, el reconocimiento necesario, del ranking de la productividad de las empresas públicas y privadas importantes a dicha coordinación campestre del trabajo, que por ejemplo, el regular desarrollo del oficio dentro de un mercado de trabajo de libre competencia, se circunscribe a la dinámica propia de las empresas locales proveedoras de su particular clase de servicios a juicio de las capacidades de la fuerza de trabajo necesaria para su desarrollo, en ese sentido dichos servicios son en el mejor de los casos, consecuentes con la oportunidad de subcontratar a su mano de obra comprometidos con la especialización del trabajo.
Los campiranos.
Una tradición campirana original se puede remontar a los tiempos pasados en los orígenes de los poblamientos históricos de los centros urbanos. en ese sentido, los mercados propios de su vida original se integran tanto por los básicos e indispensables de una canasta diferenciada de origen, así como también por los diversos bienes muebles e inmuebles propios de la fisonomía económica de sus localidades. En ese sentido sus industrias propias tal y como puede ser la de los servicios de esparcimiento, son consecuentes con la calidad de su particular infraestructura y vida social, lo mismo sucede con las industrias del comercio, de los servicios de preparación de alimentos y alojamiento.
La vida campirana puede ser de familiar a vecinal pasando por la empresarial, en cocina puede integrase cabalmente casi del todo por medio del trabajo con su diversa producción agropecuaria apropiada para la preparación de alimentos, misma que ya sea por medio del comercio o el tránsito mercantil, hace posible tener acceso a ella. De ese modo también, su particular industria de los servicios de esparcimiento, garantiza la existencia de una imaginación propia de su particular identidad cultural.
La industria de la información en medios masivos que sirve a la integración de redes sociales y hasta a promover su correspondiente actividad comercial, también coordina por medio de las estaciones de radio el gusto por el estilo de diversos géneros musicales. Además, la venta de moda por temporada para toda la familia y de distintas clases de platillos inspirados por esa clase de ambiente comercial, redunda en el perfeccionamiento de los coordinados entre las existencias contables propiedad de distintos particulares e intereses de los diversos mercados de bienes muebles e inmuebles.
El cultivo de un perfil modesto y afecto al interés campestre convencional.
Un dominio donde el reconocimiento del valor comercial de las cosechas por ejemplo, de un determinado número de árboles de aguacates de distintas especies durante distintas temporadas, para la satisfacción del mercado de una determinada cantidad de habitantes dentro de distintas barriadas, supone la observación de los distintos periodos de ciclos de cosechas, estando dados los periodos de maduración de los frutos y programados sus escenarios de consumo durante distintos meses del año según las temporadas y las especies de aguacates. El caso también es comprensible, a través del compromiso con las determinantes del quehacer de los pueblos en un sentido clásico tal y como sucedió entre indios y españoles durante la colonia de América, donde la cinemática conservadora de dichas clases sociales está lograda en la contabilidad familiar de su consumo regular de diversos y distintos productos derivados del maíz y del trigo, tal y como sucede con las galletas de series económicas que compiten como complementos a platillos en meriendas en el mercado de la gastronomía mexicana tradicional con base de guarniciones de frijoles. El caso se compromete mejor en la imaginación ambiental y escenográfica de la novela mexicana de "Aura" de Carlos Fuentes, en ese sentido, la generación literaria mexicana de esa época, tiene a definir un escenario conceptual de lo que es tradicional, acostumbrado y propio de diversos pueblos mexicanos comunicados entre sí por medio de distintos medios de transporte usuales y funcionales en la época. Durante las décadas anteriores a dicho tipo de imaginación literaria, el modelaje ejemplar de la esencia de la personalidad de la figura del mexicano, supone la actuación de diversos roles sociales comprometidos con su particular condición socioeconómica, es de ese modo como se concibe con claridad cuáles son las particularidades de la cultura nacional propia de dicha época. Una de ellos, es la del pensionado hecho a la línea “vaquera” de moda comprometida con la fuerte competencia del libre mercado de su fuerza de trabajo dentro de una economía de crisis.
El escenario nacional de negocios con un marco económico de conmutación a un dominio afín y común al carácter de las empresas maritales, donde el salario de los trabajadores y el alimento de los trabajadores dentro de una localidad cabalmente contabilizada y financiada, redunda en el hecho de que el alimento que dichos trabajadores consumen, es una relación del dominio formal de su acción del progreso hecha a la conmutación de sus compromisos con relaciones clientelares a largo plazo: En ese sentido, dicho escenario de negocios nacional tendría que ser consecuente con la realidad del progreso con respecto a su compromiso formal con las especialidades de la instrumentación de distintas escenas que la población compromete con su particular estrato y condiciones de los mercados objetivos y cautivos a satisfacer. Es el caso de los proveedores de la escena heterogénea dentro de un giro en particular de negocios hecho a las garantías idóneas de un mercado de trabajo especializado con cabal definición de la administración de su producción y de las artes comerciales que dentro de los espacios comunes a dicha producción y su comercialización suceden. En ese sentido, la singularidad de un posicionamiento dentro una estructura heterogénea de negocios se circunscribe a su particular empuje, en tanto éste orienta el progreso económico de las fuerzas productivas de la iniciativa o política empresarial y/o de gobierno a la que se circunscriben sus intereses fundamentales, tal y como pueden ser los artesanales o los industriales manufactureros si es que los hubiere.
La fortuna que domina el concepto integral de la cultura campirana, mismo que es incluyente de la formación de los distintos cuadros de población reconocidos por la dimensión humana de su identidad escolar y familiar, dan cabida al caso de abordar por medio del reconocimiento de un modelo educativo ejemplar, la definición de la creatividad propia de su particular didáctica operativa de temporada o de ciclo.
Siendo así, la dimensión productiva y capital de la industria agropecuaria regional entonces, se define por medio del compromiso del tribal nativo con la corriente indi global de la integridad moral de las identidades institucionales de la cultura folclórica, popular e histórica de los pueblos de origen europeo, donde el rol de los pueblos originarios de México, es el del país que ha pactado compromisos fraternales con dichas naciones de occidente, así como también, con las naciones orientales, en el sentido de contratarse con la programación de la destinación de proyectos comunes a determinados cuadros civiles y sociales siendo consecuentes con los principios del capitalismo moderno con base en los principios fundamentales de la cultura clásica humanista.
El “proletariado“ hecho a las ventas especializadas en un estilo de vida en particular y también a un parte cultural de apeos rancheros periurbanos: El caso también aplica en determinado momento, a las raíces o las potencias del comercio de base, tal y como sucede con la dimensión real de un “operador de producción & partido & agropecuario” donde ser obrero manufacturero, de la construcción y deportivo a la par, depende en determinado momento, más que de las piezas habitualmente estiladas en juego para tal cometido, de las circunstancias y eventualidades que ameritan la inclusión de “conjuntos calientes” para el mismo modelo de línea que forma parte de aquella misma colección “proletaria” hecha al convencionalismo espacial (la figuración modular de un concepto industrial comercial simpatizan de la industria manufacturera y de la construcción).
Balances económicos de dominios de información documental de interés histórico comercial y financiero fuera de temporada: Balances construidos con perspectivas del dominio de procesos económicos en ajuste a un línea de bienestar para control del desarrollo e inversión, donde no lo hay pero es posible que exista pese al alto riesgo de gastar por mera inquietud privada e independiente, sobre valores de identidad “económica fuera de temporada”. Los valores son entonces, un conjunto de juegos que permiten en la medida que lo permite la existencia marginal de utilidades de la producción, una colección que crece en dirección del desarrollo de la identidad de dicha línea de bienestar dominante dentro de las tendencias y estilos de vanguardia (a lo fuera de temporada por supuesto, es decir, en un sentido vintage y/o retro.). Un caso que también compromete, la realidad transnacional, y su dinastía de jefaturas y líderes de gobierno y empresariales como en el caso por ejemplo, México – Americano con su respectiva relación de subcontratación de servicios de distintos agentes libres competidores nacionales del libre mercado, donde el papel de sus trabajadores es defender la libertad económica frente a la realidad salarial y contractual de sus empleos, donde la realización de un proyecto urbano ajustado a la publicidad local hecho a las oportunidades comerciales locales, puede velar por resultar en un juego afortunado y exitoso por orden de la participación de los mercados y no tanto del desarrollo de un proyecto de vida comprometido con diversos almacenes en especial.
La herencia histórica de las “guerras floridas” y la espiritualidad en juego en la construcción de monasterios y conventos Católicos en México, es una cuestión que después de la Guerra de Reforma en México y la constitución del gobierno laico que desde entonces domina el panorama político nacional, deja bien asentado el asunto de cuál es la personalidad de los gobiernos del siglo 19 condicionados por la cultura ecuestre, misma que a principios del siglo 20 da paso a la transición hacia la mecanización de los procesos productivos nacionales, mismos que posteriormente, garantizaron la existencia de automóviles y de aviones, dando paso a la personalidad que desde entonces, ha circunscrito a dicha plataforma económica, a tener por conveniente a gobiernos de alcance internacional con dominio político del bienestar nacional y fraternal ante las instituciones globales de la democracia liberal partidista de elección popular, convenientes al interés público común y a la reivindicación de los logros de la lucha internacional por la defensa de los derechos de los trabajadores.
Las tribus yaqui, seri y mayo.
Se dice que las tribus yaqui, seri y mayo se distinguen entre sí a razón del territorio que ocupan en el estado de Sonora y además de su identidad construida a partir de este hecho y en particular a razón de su distinción producto de su relación económica, política, comercial y social con el resto de la sociedad humana que esta fuera de su grupo.
Cuando decimos étnico, nos referimos a su calidad humana como grupo u organización social respecto el resto de la sociedad, en ello mucho tiene que ver el carácter racial, pero no lo es todo, puesto que lo más importante de su identidad esta en el folklor de dicho pueblo.
Por ejemplo, en el caso de la tribu mayo el practicar la danza del venado les da identidad por aquello de que si existe una particular forma de identificarse entre sí como tribu, es por motivo de que la dicha danza es practicada en distintas latitudes de Latinoamérica con pequeñas diferencias y grandes similitudes. Ya sea por motivo de la raza que ejecuta la danza es muy parecida, o por la cercanía de sus pueblos con las playas y el mar de quienes ejecutan dicha representación.
En conclusión, reconocer la identidad de los pueblos implica construir dicha especulación sobre la base de la organización global de la distribución y producción de bienes y servicios, por ello es menester de dichos pueblos sentar esas bases sobre la cimentación de su modelo de calidad, es decir, sobre su particular modus vivendus y modus operandi, es decir, en un modelo de economía cerrada que defina el colorario definitivo de su folklor. Entre los yaquis resaltará el significado del establecimiento de economías de escala del tipo norteamericano y europeo; entre los seris, resaltará lo que trasciende del impacto cultural anglosajón, en el matiz que define su comunicación con el resto de la sociedad global en la que se ve inmersa su cultura; y en los mayos predominará el sentido de lo que significan las playas más parecidas a lo que son los territorios de Mazatlán y Acapulco por citar algunos, es decir, que como todo pueblo territorial, se deben a la explotación y aprovechamiento de sus recursos tropicales para radicalizar el arraigo al territorio costero de Sonora.
El rol dentro de los mercados de trabajo y la cotización de la vida campirana (Culturas populares) con los valores del libre mercado manifiestos a través de las empresas disruptivas especializadas en dicha dimensión de la cultura popular, donde se supone que para ser más ajustados a lo tradicional, se apuesta a ser no tan urbano y si más hecho a las tendencias, para dar fortuna a lo más competitivo de dicha propuesta cultural: La consolidación de un buen negocio popular mexicano.
La conciencia que se tiene de una época colonial, donde la excelentísima e ilustrísima nobleza del virreinato de la Nueva España, redunda en el reconocimiento de la calidad de los sabios del quehacer de los domiciliados en casas residenciales y cultivadores de la ciencia, negocio que es consecuente con el relato del establecimiento de la normatividad que rigió el sistema político, civil y militar que consolida el estado de derecho y el orden rector del modelo de progreso económico.
Ser consciente entonces del progreso histórico regional, da lugar a “la consolidación de la electrónica digital como parte del consumo regular de la sociedad popular”, misma que necesariamente, en el caso de América latina, corresponde a una idealización de las manufacturas adaptadas al dilema básico que resalta los valores de la cultura vecinal, que juzga pertinente que la realidad de un paisano compromete en ocasiones el goce de una fortuna de vecino local con un respaldo estable de su respectiva cultura obrera manufacturera. Es de ese modo como la práctica regular de oficios y profesiones vinculados a los almacenes, sirve a la observación objetiva que supone la consecución del imaginario de la clase popular de los suburbios latinoamericanos y de los respectivos estilos de vida convencionales acostumbrados de forma tradicional en la región que se habita, misma que cuenta necesariamente, con un parte de consumo internacional.
La realidad de una economía nacional muy culta en materia de la modernización y progreso de los servicios para la pequeña burguesía de Estados Unidos y los terratenientes mexicanos, consecuentes con la naturaleza del progreso del capital nacional del siglo XXI, misma que plantea el éxito de los negocios en los términos de la nueva economía según el corrimiento de las tendencias del consumo y los estilos de vida, gracias a la cultura de los trabajadores mexicanos hechos a la realidad de la calidad y magnitud de la producción de bienes y servicios y su distribución comprometida con la movilidad social de los distintos estratos y sectores de la población mexicana, incluida aquella clase de movilidad que tan sólo se hace entre barrios dentro de una misma localidad.
Un modelo por concepto hecho a raíces indígenas nativas con extensiones a otras regiones foráneas por medio de la borrasca y avalancha de negocios marginales artesanales y de negocios extraordinarios, especiales y exclusivos (lo puro & macizo & curado & pesado, son expresiones propias del ritualismo que identifica por medio del estudio antropológico a diversas clases y tipos de culturas populares). La visión indigenista de las líneas duras de política en materia de desarrollo social observante de las instituciones culturales nacionales en relación directa e indirecta con las metas, retos y objetivos de su población en edad escolar, misma que se encuentra escrita dentro del sistema educativo público nacional, en ese sentido, se circunscribe a los recovecos legales que puedan garantizar las pensiones con intereses privados que afectan positivamente el sistema nacional de seguridad social, cuestión que supone a la autodeterminación del sistema educativo público federal, que la propiedad legal de los bienes contables de la empresa libre asociada a dicha clase de valores institucionales, tiene que valer con integridad constitutiva al interés común a dicha visión conveniente al regular desarrollo social en materia de cultura, promovida por la política pública nacional.
La realidad de los intereses en juego en relación a la integridad capital de la industria de la electricidad, agua y el gas, tenida a un dominio propio de trabajadores que con buena fortuna y conforme a derecho, hacen posible la permanencia de una parte respetable de la economía moderna donde la figura del indígena puede profundizar en las realidades de la revolución mexicana, peonaje y latifundios, cuestión que supone entonces, que donde no hay fincas no hay negocio indígena que no pueda secuenciarse como una línea de desarrollo concluyente al respecto de su relación con la provincia de México, donde incluso puede que tenga testimonio del circuito de avituallamientos urbanos logrados en el espíritu de la misma guerra civil. Como en el caso de la decena trágica por ejemplo, se supone entonces, que la realidad se logre en el espíritu de los relatos que bien pueden ser recreados como hechos ficcionales, por medio de la cinematografía norteamericana que tiene a bien figurar la identidad étnica de la afición hispano latina a dicha clase de trabajo. El tema de la seguridad relatado por dicha clase de producciones entonces, está condicionado por los intereses civiles a juzgar por la realidad y dimensión de los negocios concretos de la clase ejecutiva que se compromete a la realización de dicha clase de producciones, en tanto que se considera la calidad del dominio comercial de los hogares y de las familias dentro de los barrios que integran diversos planos urbanos con una lógica doméstica. En ese sentido, la lógica industrial se entiende a razón de la calidad y dimensión de dicha clase de negocios antes nombrados proporcionales a la satisfacción de la demanda de su mercado específico, tal y como puede ser el de la ferretería regular, misma que puede acoger la demanda de diversos artículos especializados que satisfacen de forma habitual, a distintos centros de trabajo diferenciados por oficio, giro y actividad económica.
La cuestión del estado del arte en juego para la correcta escenificación de la estampa representada y que se tiene a trato, para completar el ciclo vital de una iniciativa emprendedora (el espíritu o el alma de una representación identitaria de una escena o personalidad de angelical a demoníaca en un sentido alegórico a las determinantes de lo que es el bienestar ante la miseria) de un giro económico, simpatiza con sortear la fortuna global a través de competir contra modelos productivos originales de línea y con publicidad de marca, hecho que se impone a los conceptos del arte casual de la imaginación estética de la escena obrera productiva y de servicios internacional, en la medida que así lo supone, la realidad contable existencial de una particular empresa independiente. Una agencia económica de la administración contable de dicha empresa en ese sentido, no está tan hecha al estilo de vida ofertado por las diversas industrias de los servicios de alojamiento, preparación de alimentos, y esparcimiento, pero si lo está al comercio en tanto a la dimensión cultural de su empresa, comprometida con los mercados laborales hechos al gasto corriente, mismo que estaría determinado por las garantías de renta sobre las existencias (capital) por encima de las garantías de renta sobre el trabajo (negocios), cuestión que compromete a la administración de dicha clase de negocios con dominio sobre el quehacer habitual de un cosmos de las industrias de apoyo a negocios, manejo de desechos y otros servicios excepto gobierno, mismo que estando hecho a la institución del hogar (dominio casual positivo coherente con las fórmulas del orden público y el bien común de la asistencial social, así como también, con la imaginación y la creatividad regular del "la industria manufacturera y de la construcción", distintas a la institución de la sana convivencia en áreas y espacios públicos que puede resultar más hecha a la industria de los servicios de esparcimiento), supone la cuestión de que dicho cosmos debe resultar funcional a los esquemas clásicos del orden civil y a las instituciones modernas, en tanto el hecho de que dichos esquemas son académicos, mientras que dichas instituciones pueden comprometerse con valores empresariales particularizados, a la par que operan en ambos dominios, supuesta la integridad de diversas clases y tipos de puestos de trabajo operados por distintos particulares coordinados con la asistencia pública que se supone conciliada con la economía dentro de la cual se desenvuelve el cosmos referido, estando el mismo claramente identificado.
En tanto la integridad moral que mejor define la afinidad por la inversión productiva en la industria manufacturera y de servicios de bienes especializados en la satisfacción de los mercados de distintos productos partidarios (la agencia comercial donde la claridad en materia empresarial y emprendedora se define por la correcta evaluación de los mercados) del mismo universo que se realiza con la rigidez que impera dentro de la formulación de la estructura empresarial que capitaliza a dichas industrias, estando supuesta con certidumbre la realidad económica del crecimiento y desarrollo de una región en particular, tal y como puede ser la de la frontera norte de México, se reconoce que el resultado de las operaciones regulares de dicha estructura empresarial incluyente de distintos segmentos étnicos de la sociedad, redunda en las causas sociales que operan como parte de la vanguardia revolucionaria dentro de procesos populares globales.
"El prestigio de los valores cortesanos europeos ante la calidad del ahorro propio de los valores folclóricos de Norteamérica".
Otra circunstancia comprometedora, es la del cultivo de una imagen conveniente a los valores del estilo del baile tribal étnico global, hecho a la cultura retro y clásica nativa norteña por medio de proyectos conservadores del derecho natural propios de la observación regular del cultivo de las Bellas Artes globales dentro de una localidad en particular del Norte de México, con la pasión propia del arte y el confort que promete la tendencia al valer a las influencias de los salones y plazas públicas y privadas especializadas y tenidas a valer con un buen proyecto a nombre de uno o varios particulares. El caso tiende a resolverse también, en relación a valer fuera de lugar a los convencionalismos de las tendencias en convergencia en escenarios de actuación social populares regulares, a cambio de los escenarios especiales y extraordinarios donde se comprometen las limitaciones de aquellos elementos que bastan para darle intención a la realidad conveniente al particular o particulares que la disponen.
Cultura tradicional del norte de México: Complejo socio cultural formado con las diversas soluciones a los problemas de la particular fisonomía constitutiva de sus poblados, siguiendo el modelo asimétrico (indios, vaqueros y negros) del desarrollo culinario tradicional y acostumbrado por concepto entre sus poblaciones por afinidad a las existencias disponibles dentro de dicho conjunto de relaciones humanas. El caso tendría que ser consecuente en ese sentido, con las diferencias que distinguen entre la integración cultural de un poblado sudamericano por ejemplo, diferente al cómo se integra uno norteamericano, por similares que fueran estos a detalle, tal y como puede ser en las circunstancias aquellas que refieren su grado de desarrollo urbano y comercial.
El modelo histórico de desarrollo comercial nacional.
Se puede decir, que del desarrollo de los procesos históricos que circunscriben la imaginación comercial en México, son determinantes en el sentido de la interpretación de las perspectivas de dominio de la identidad de las empresas del sector servicios, la identidad de los giros comerciales, y la formulación de la realidad conocida la personalidad de la población. En el contexto histórico dicho proceso que en un sentido publicitario, es consecuente con las necesidades de la población, que compromete a las empresas a hacer de su materia, el reconocimiento de la calidad de la población en el sentido de la satisfacción de sus necesidades económicas, entre otros tipos de necesidades según los mercados objetivos y cautivos, las mercancías, bienes y servicios con que comercia. Es menester entonces, en el sentido del panorama nacional, comprender que las décadas que siguieron a la revolución mexicana, tienen por desarrollo comercial un modelo de participaciones que va desde los artículos de primera necesidad, hasta aquellos que suponen el ejercicio de la fuerza de trabajo, la educación de la población, su ocio y entretenimiento, etc. Una ecología de la historia material de cada periodo de la historia posrevolucionaria de México, es decir, del siglo XX que puede ser periodizada a través de las presidencias de la república, lo que la hace comprensible suponiendo que el comercio nacional ha tenido varios escenarios.
El primer recuento de esa historia nos remonta a tiempos de la expansión del ferrocarril mexicano y su consecuente clase trabajadora que comprometía a parte de la población nacional a servir al modelo moderno de desarrollo económico con salvaguardo de los principios del maquinismo y la revolución industrial de alta competencia internacional. De ese modo se comprende factible impulsar la industria de la aviación comercial y de guerra así como otras industrias, como la marítima, la del transporte automotor, la alimenticia, la farmacéutica y la del vestido con el compromiso expreso de servir a la consolidación del estado industrial capitalista moderno en México. Se tiene que entender también, que la agricultura, la ganadería y la pesca existen en tanto explica las bases del desarrollo nacional y la autosuficiencia alimentaria, hecho que es desarrollable en la medida que supone la caracterización de dicho fenómeno de la producción a la par que los negocios se desarrollan justificados en la necesidad de ser consecuentes con el comercio, el desarrollo y el progreso internacional. En ese sentido, se explica también la necesidad de reconvertir el campo hacia nuevos estados del desarrollo tecnológico y el comercio transfronterizo en las primeras décadas del siglo XX. A mediados de dicho siglo, se vela por la consolidación del urbanismo mexicano soportado en la electrificación del territorio nacional así como de la construcción de carreteras en todo el territorio nacional. Es en esas décadas, cuando se establecen plantas fabricantes de autos en México que aseguran la participación del país en el escenario mundial como operarios de mano de obra calificada comprometida con su reproducción. Esa etapa del obrerismo mexicano supuso su consolidación en tanto población global participe del fenómeno de la productividad y la competitividad internacional con mano de obra con un grado considerable de calificación, sumado al producto de su trabajo. Es de suponerse que para entonces, la economía nacional está suficientemente tecnificada, y que es el proceso de depreciación de capitales y el de la reconversión tecnológica, el que supone el término de las garantías sobre el desarrollo nacional.
En la década de los setentas se consolida la visión del potencial de la economía mexicana en el escenario global, al ser participes de la realidad internacional donde la producción de petróleo, dominaba sobre su visión con respecto el papel tocante a su participación del comercio internacional. Sin embargo, el resto de los rubros de dicho comercio, sumado a los términos en que los negocios de los distintos estratos de la economía nacional se realizaban, cimentó las bases del futuro esquema de participaciones del sistema financiero internacional y la economía monetaria de la década de los ochenta, modelo económico que supuso que la especulación financiera y la regulación de la economía con dinero a través del banco central, garantizarían la eficiencia del desarrollo económico. En términos del comercio nacional entonces, se entendería que la especulación y el interés sobre las participaciones de la banca en el desarrollo nacional beneficiarían por sentido común, al total de las operaciones comerciales. Sin embargo, la incontenible inflación y la devaluación del peso, hace suponer que la economía sufría de los avatares del desarrollo global que en décadas anteriores no pudieron mitigarse.
Respecto de la década de los noventa, se da por un hecho que el comercio se entiende solo a través del fenómeno del cómputo, la informática digital y telefonía celular, en tanto definió el panorama general del desarrollo técnico científico de la década en todos los niveles de la producción y distribución de bienes y servicios. La década del dosmil entonces, se caracteriza por la consolidación de los sistemas prestadores de servicios múltiples en internet, así como el de la comunidad global que después de la crisis de burbuja financiera, supuso el redimensionamiento de la economía real y la naturaleza propia de su desarrollo y ciclos orgánicos. Además, se da por sentado que la economía nominal es propia sólo de las grandes agencias internacionales informativas y de investigación especializada en la materia. La década actual entonces, supone al comercio nacional que la década que le antecedió, al resolver cual es el impacto que domina con justeza en los mercados donde ésta en juego su participación comercial en una competencia nacional perfectamente observable a través de internet, define que la esfera de la distribución de bienes y servicios de dicha economía es un dominio privado comprometido con sus clientes en un libre mercado con salvaguardo de la máxima libertad de su elección de compra, por concepto del interés no personalizado, ni sujeto a la exclusividad de los clientes en el dominio del carácter intrínseco a la realización capital de las mercancías que consume (es decir, sin consolidarse una relación de negocios comprometida con la capitalización de una empresa común al modo como lo realizarían por ejemplo: los trust o las corporaciones empresariales).
El financiero que toca a cada economista supuesto un comercio intermediado por una administración contable en particular, es determinante en tanto el escenario que le corresponde observar dado la economía de libre mercado a la que pertenece. En ese sentido, es de suponerse que las empresas a las que dedica su esfuerzo dicho analista financiero, son una referencia inmediata de la tónica en la inmediatez de su análisis macroeconómico, quedando como un factor secundario el orden ejecutivo al que responde dicho interés particular que puede ser dirigido directamente por la agencia fiscal más próxima a su domicilio, que bien puede definirse por la política económica regional, o bien por medio de la dimensión económica de la trayectoria laboral de dicho economista.
El caso de la generación de empleo & El redimensionamiento del institucionalismo intergubernamental y la constitución legal de proyectos e iniciativas en materia de política económica. La economía como un recurso civil. El dimensionamiento de los recursos en infraestructura para un desarrollo humano integral.
Historia municipal.
La historia de una municipalidad se circunscribe a la observación de los negocios exclusivos de quienes por ejemplo, ven por las necesidades inmediatas de una ciudad, donde entonces la exclusividad de los giros de negocios supone que un ambiente particularizado tal y como sucede con el tropical, se desarrolla paralelamente al del estilo libre de un oficio especializado en diseño, programación y planificación presupuestal municipal. En ese sentido, siendo la naturaleza del comercio de una identidad integra de los giros por concepto de la movilidad antes referida, se compromete a las distintas relaciones clientelares que se establecen entre la cultura y las artes, a que se circunscriban al estilo de las diversas líneas y tendencias del consumo industrial involucradas en la capitalización cabal y en la magnitud suficiente que marca la diferencia por ejemplo, entre las diversas clases de prestadores de servicios. (Donde decir apoyar a dicha clase y tipo de negocios es diferente a coordinarse con las labores propias de dichos negocios. Otras cuestiones ineludibles en el gusto y preferencia por el consumo de tales o cuales comercios dentro de una población en particular, es la existencia de infraestructuras especializadas en determinado ramo industrial y/o comercial dentro de la jurisdicción de la municipalidad, misma que estará hecha necesariamente a la evaluación de sus respectivos mercados de oferta y demanda.).
Es decir, que la dinámica de la formalización de un modelo de desarrollo civil hecha al compromiso profesional con un desarrollo económico en particular, tendría que ser interpretada por medio de la realización del capital dominantemente, hecho a las expectativas de empresas de evaluación económica en estadios de agrupaciones sociales comprometidas con empresas socialmente responsables de negocios concertados con dicho grupo de particulares, en la medida que así lo supone el libre comercio y las operaciones regulares comprometidas históricamente con la exclusividad de su particular proceso civil de desarrollo humano. El carácter de la capitalización de dichas operaciones antes referidas entonces, se supone parte de un férreo dominio de las mecánicas y dinámicas del estilo casual predominante, ahí donde la capacidad de planeación se compromete con el presupuesto de gastos previsto para el futuro a corto, mediano plazo y a veces hasta a largo plazo.
Resalta el caso de la división subregional del noroeste de México en relación al paradigma que sirve de ejemplo de caso para definir cómo se realiza la sociología popular de la clase social con más bajos ingresos económicos en cada una de dichas regiones dado un supuesto orden paramilitar en coordinación con otro orden que es afín a la herencia colonial de la cultura "mora" que es propia de México.
ResponderBorrarEl mismo asunto puede ser descrito por secciones urbanas dentro de las distintas localidades que integran a cada una de dichas subregiones.
BorrarResalta el tema de las artesanías en relación al obrerismo mexicano que supone al folclor y las tradiciones nacionales parte de los valores culturales que están alineados al trabajo campestre que se integra de forma planificada y estratégica al espíritu popular de la industrialización moderna del país.
ResponderBorrarTemas de seguridad privada ventilados en "workboots" de tribus nativas clasificadas en distintos grupos étnicos en México con espíritu conservador.
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